jueves, 29 de diciembre de 2011

Para mi innombrable.


Hoy tuve que caminar frente a donde sospecho trabajas. Desde metros atrás me comenzó a dar ansiedad, mi corazón latía muy rápido (es literal) temiendo un encuentro contigo, temiendo que toda esas coincidencias que alguna vez nos unieron (y nos divirtieron) hicieran de las suyas de nuevo y tú estuvieras afuera fumándote un cigarro en ese preciso instante en que yo tenía que pasar por ahí. Cuando me alejé un poco del lugar me di cuenta de que probablemente están de vacaciones, mi taquicardia se calmó.

Si, tengo miedo de toparme contigo.

Probablemente correría. Para mi suerte seguro si me toparé contigo algún día, y será algo sorpresivo e inevitable, como en un camión lleno de gente o en la sala de un cine. Tal vez nos merecemos algo más chistosón como que nos presente un amigo en común en alguna fiesta o ya años después en la fila de un super, tú comprando pañales para tu retoño (obviamente ninguno de los dos usará los nombres que teníamos pensado, es una pena, me gustaban mucho).

Si, tengo miedo de toparme contigo y si, me caga que sea así.

No estuvo en mi, eso me queda claro, o tal vez si, pero nunca fue intencional. Como una amiga me dijo hace poco "¿Por qué tienes esa pinche necesidad de terminar bien?". No sé, probablemente pocas personas han tocado mi vida y corazón como tú lo hiciste. Me gustaría poder tomarnos una chela, hablar de los vuelcos que dio la vida, contarnos de las parejas que tenemos hoy en día (y que ya estaban presentes desde antes de nuestra disolución). Quiero poder abrazarte y decirte que te entiendo, que yo hubiera hecho lo mismo (y que de hecho hice, si, te hice copycat sin querer) y, aunque sé que ya no podemos ser amigos, me gustaría saber que estamos bien, saber que significo para ti lo que tú significas para mi.

Todo eso se quedará en fantasía, en la realidad creo que no me verías ni el polvo.

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